Hace
pocos días nuevamente nos vimos consternados por un suceso que refleja
claramente el estado de inseguridad pública que estamos viviendo.
Se
trata del tiroteo acaecido en un centro comercial de la ciudad de la costa en
el departamento de Canelones que con ribetes cinematográficos culminara con
heridos, delincuentes prófugos y la conmoción de la población en general.
Concomitantemente
a estos hechos mi hijo de diez años, que está de vacaciones en Montevideo, se
vio sorprendido por un extraño hecho que ocurrió ante sus ojos. Cuando iba a
ingresar a un centro comercial de la capital los guardias privados del mismo
impidieron el ingreso de dos jóvenes que por su vestimenta y apariencia
consideraron los guardias no eran bienvenidos en ese lugar.
Mi
hijo sorprendido ante este hecho bastante inusual en el interior donde vivimos,
me lo contó con cierto asombro y frente a ese relato me obligó a reflexionar.
Me pregunto que habrán sentido esos jóvenes a quienes se les impidió el paso a
ese shopping donde tal vez pensaban pasar la tarde como entretenimiento.
Adonde
habrán ido después de aquel rechazo? ¿Que habrán hecho con ese resentimiento
generado por la expulsión, a que los habrá impulsado esos sentimientos
negativos de discriminación? Estas situaciones de desintegración social que
estamos padeciendo hasta qué punto no están alimentando reacciones violentas
como las del otro shopping? Hasta que punto no fomentamos la reacción de que
adonde no nos dejan entrar por las buenas entramos por las malas o lo que no
tenemos oportunidad de conseguir por caminos correctos lo conseguimos de
cualquier manera.
Enfrentando
esta dura realidad y estas situaciones
que se repiten y por lo tanto tienden a volverse normales en nuestro entorno,
creo que como sociedad deberíamos reflexionar en los orígenes del problema además
de las consecuencias.
Vemos
que muchas veces las respuestas del gobierno y muchas de las propuestas de la
oposición están centradas en atender las derivaciones y consideramos que resulta
más que necesario, imprescindible abordar con seriedad y profesionalidad el
estudio de las causas y orígenes de la inseguridad y de la violencia para
lograr respuestas que puedan atender las verdaderas raíces del problema.
Gerardo
Amarilla
Representante
Nacional
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